Debemos tener claro que los dientes blancos no existen de forma natural, el color de nuestros dientes viene determinado por el tono de la dentina, que es el tejido que se encuentra inmediatamente debajo del esmalte.
La dentina es de un tono amarillo más o menos intenso dependiendo del grosor de la capa y de cada paciente en particular. Por ello los dientes claros siempre tendrán un halo de fondo amarillo que si no es muy intenso, un ojo profano verá como blanco. Si bien los blancos intensos, son aquellos con fondo azulado que por lo general solo pueden alcanzarse por medio de restauraciones de laboratorio como las carillas.
Y dentro de la boca no todos los dientes tienen el mismo tono, los dientes con un color más intenso y oscuro van a ser los caninos, que son dientes más voluminosos donde el grosor de la capa de dentina es mayor que en otros dientes, como los incisivos.
¿CÓMO SE HACE?
Para llevar a cabo un blanqueamiento lo primero que hay que hacer es una exploración de la boca del paciente. La presencia de restauraciones tanto de composite como de cerámica en la zona a tratar deberá tenerse en cuenta puesto que estas no son susceptibles al blanqueamiento. A veces será necesario reponer algún empaste después del tratamiento con el agente blanqueante para igualar el tono con el obtenido tras el tratamiento.
Los productos que se utilizan son el peróxido de hidrógeno en diferentes concentraciones dependiendo del producto y de los resultados que queramos obtener, y el peróxido de carbamida al 16%. El primero de ellos está indicado para su uso en clínica, mientras que el peróxido de carbamida, también lo tenemos en presentaciones que el paciente puede usar en su casa, aplicándolo en unos moldes adaptados a la forma de sus dientes que tienen unos pequeños depósitos en los cuales se coloca el producto y luego se lleva a boca dejándolo actuar en base a las indicaciones del fabricante. En cualquier caso, siempre debe hacerse bajo prescripción del odontólogo y seguir sus indicaciones así como hacer revisiones periódicas en la clínica.
En cuanto al que se emplea en clínica, se trata de un producto en forma de gel que se aplica sobre la superficie de los dientes y se deja actuar durante un intervalo de tiempo determinado. Su efecto puede potenciarse con el uso de lámparas de luz LED y la aplicación del láser. Antes de empezar se anotará el tono de partida para ver la evolución, no todos los pacientes van a responder igual al tratamiento, siendo necesario un número de sesiones variable dependiendo de cada caso particular.
¿CUÁNDO ESTÁ INDICADO?
Se trata de un tratamiento cuyo fin último es la mejora estética de la sonrisa del paciente, no aportando nada al diente, ni tampoco produciendo ningún tipo de daño en el mismo.
A veces estará indicado en pacientes que van a colocarse carillas en el frente anterior y el diente base es oscuro, se harán sesiones de blanqueamiento para aclarar el tono del diente y conseguir un mejor resultado estético de las restauraciones, evitando que pueda traslucirse el color oscuro del sustrato sobre todo en aquellos casos en que se usen carillas, finas láminas que buscan restaurar forma y estética, sin tener que eliminar demasiado diente para su colocación.
NO estará indicado en pacientes mayores de 60 años puesto que la dentina está más calcificada y no responde bien a la acción de los agentes de blanqueamiento. En pacientes con discromías acusadas como aquellas causadas por traumatismos dentales o las provocadas por el uso de tetraciclinas (antibiótico tomado en la etapa infantil), en estos casos, lo indicado son restauraciones hechas en clínica o laboratorio para obtener el resultado deseado puesto que con el blanqueamiento no se alcanza.
¿CÓMO FUNCIONA?
Hay que tener claro que el blanqueamiento no cambia el color de los dientes, sino que aclara nuestro tono base, mediante un proceso de oxidación donde el peróxido se disocia en agua y moléculas oxidantes de hidroxilo, que eliminan las sustancias cromóforas del esmalte y la dentina.
MANTENIMIENTO DEL BLANQUEAMIENTO
Los tratamientos de blanqueamiento dental son algo con fecha de caducidad, no son para siempre, si bien, hay una serie de pautas que se deberán tener en cuenta si queremos que nuestro tratamiento dure lo máximo posible:
- Evitar la ingesta de alimentos y bebidas que tengan mucho pigmento como el café, té, vino tinto, cerezas, tomates….
- Mantener una buena higiene bucodental diaria para evitar el depósito de restos de placa.
- No fumar.
- Uso de medios de limpieza interproximal para que no aparezcan tinciones entre los dientes.
EFECTOS SECUNDARIOS
Un aumento de la sensibilidad en los primeros días es la única parte negativa del tratamiento, por ello no estará indicado en aquellos pacientes que ya padecen sensibilidad acusada, puesto que el tratamiento con estos productos podrá intensificarla.
Si crees que necesitas un blanqueamiento dental pero todavía tienes dudas y necesitas ampliar información, no dejes de hacer una consulta a tu dentista. En DENTAL COUCE atenderemos encantados todas tus dudas.