En condiciones normales, la dentina, capa más interna del diente (la que rodea al nervio), está cubierta por el esmalte. Con el tiempo, el recubrimiento de esmalte puede hacerse más fino, proporcionando así menos protección. La retracción de la encía también puede dejar zonas de dentina radicular expuesta.
La dentina contiene gran cantidad de conductos, que conectan la parte externa con el nervio del diente, cuando la dentina se encuentra expuesta, estos poros pueden ser estimulados por cambios externos, provocando sensibilidad más o menos acusada.
En cuanto a los alimentos que debemos evitar si tenemos sensibilidad son los siguientes:
- Alimentos muy fríos o muy calientes.
- Productos con un alto contenido en azúcar ya que este es un estímulo químico que además de caries, puede causar dolor.
- Frutas con un elevado contenido ácido, como fresas, kiwis, limón, pomelo, naranja, etc.
- Refrescos y bebidas carbonatadas que contienen ácidos que contribuyen a la erosión del esmalte.