En la sociedad que vivimos actualmente, rara es aquella persona que no sufra episodios de estrés o mayor preocupación, desencadenados por las tareas tanto del trabajo como de la vida personal cotidiana de cada uno.
El hecho de no saber priorizar aquellas situaciones que requieren que nos preocupemos, de aquellas otras que magnificamos sin que en el fondo sean de importancia, es lo que produce que los individuos no estén relajados. Esta falta de relajación influye en el sueño, en la capacidad de concentración del individuo, en las relaciones interpersonales y en la salud dental de nuestros pacientes.
La forma en que el estrés afecta a la salud bucodental se debe a que los pacientes que lo padecen desarrollan bruxismo y/o diferentes afectaciones, que afectan tanto a dientes como a la articulación temporomandibular (la articulación de la mandíbula) y cursan con dolor, incapacidad y/o limitación funcional, desgaste dental y contracturas musculares.
La ATM (articulación temporomandibular) es la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo. Se trata de un sistema compuesto por un cóndilo, que es la parte terminal de la mandíbula, una cavidad sobre la que se desplaza, que es parte del cráneo y un disco intermedio que amortigua los movimientos. Sus movimientos fisiológicos serán la rotación y el desplazamiento.
El bruxismo es un movimiento/rechinamiento no fisiológico de los dientes que responde a una situación de estrés. Es un hábito inconsciente que puede ser tanto nocturno como diurno, puede afectar tanto a niños como a adultos, si bien, en la infancia en la mayoría de los casos se trata de un fenómeno fisiológico, mientras que en la edad adulta es algo que conviene evitar y/o mitigar sus efectos secundarios. El frotamiento constante de los dientes tiene como efecto secundario el desgaste de los mismos y como consecuencia, aumento de la sensibilidad dental, fracturas de los bordes incisales, disminución de la dimensión vertical, es decir, hay una merma en la altura de los dientes, acortando la altura del tercio inferior de la cara.
Por otra parte, también se produce una sobrecarga de la articulación de la mandíbula provocando dolor, bloqueo articular, chasquidos y ruidos articulares durante los movimientos de apertura y cierre.
En cuanto a la afectación muscular, hay que mencionar los dolores cervicales y de cabeza que mejoran de forma visible una vez que se pone tratamiento al bruxismo.
En lo que al tratamiento se refiere, la primera opción pasará por el uso de una férula de descarga que consiste en una funda rígida que se coloca sobre los dientes de la parte superior. La usaremos para dormir así como durante el día si estamos haciendo actividades que requieran concentración. Su función es disipar las cargas que se producen al apretar evitando que vayan tanto a los dientes, como a la articulación temporomandibular.
En casos de una afectación más importante, sobre todo en aquellos donde haya dolor y bloqueo articular, a veces se pautarán relajantes musculares, ejercicios de relajación y fisioterapia.
Aprender a soltar las preocupaciones diarias puede parecer una habilidad difícil, pero con la práctica puede conseguirse y convertirse en un hábito que nos permitirá disfrutar mejor de nuestra vida.