La miel es un fluido dulce y viscoso producido por las abejas.
Y ya en esta primera definición nos encontramos una característica que hace que para los dientes, sean un enemigo a tener en cuenta.
Se trata de un alimento con un gran contenido de azúcar en su composición, cada 100 g contienen 82g de azúcar, casi la totalidad del mismo.
Y es viscoso, se queda pegado a los dientes y se introduce en todos los surcos y espacios, por ello es muy complicado eliminarlo y evitar que sea alimento para las bacterias que provocan la caries.
El consumir miel es, por supuesto, una decisión personal, pero no debe ser un consumo abusivo, y menos si tenemos tendencia al desarrollo de caries. Evidentemente tiene un gran número de usos, sobre todo en el invierno, cuando los catarros dejan su huella en la garganta. Como todo, el acierto está en un consumo controlado.
En Clínica Dental Couce no nos cansamos de recordaros que es muy importante hacer las revisiones periódicas en tu dentista para mantener una buena salud bucal y poder detectar a tiempo cualquier alteración.