¿Bolitas blancas en la garganta?

¿Bolitas blancas en la garganta? ¿Qué son? Es lo que se conoce como Caseum, y hasta un 10% de la […]

¿Bolitas blancas en la garganta? ¿Qué son?

Es lo que se conoce como Caseum, y hasta un 10% de la población lo tiene en su garganta. Son una especie de bolitas blancas que aparecen desde las amígdalas y lo que mucha gente desconoce es que es considerada la cuarta causa más frecuente de halitosis.

Es un material blanquecino que junto con la acción de las bacterias de la boca y otros factores, tales como, restos de queratina, restos de alimentos, moco o fragmentos de epitelio desencadena la formación del caseum o tonsilolitos; una forma muy común también de llamar a estas bolitas blancas.

El 61% de los pacientes que acuden a sus centros, nunca se había dado cuenta de la existencia de tonsilolitos en sus amígdalas, ya que en ciertos casos, los pilares del velo paladar pueden ocultarlo. La visión directa o el toser, provocando así la expelición de algún tonsilolito al exterior, son situaciones en las que el paciente se cerciona de su situación bucal.

Este problema es más frecuente en adultos jóvenes que han tenido antecedentes de frecuentes amigdalitis o rinorrea posterior, siendo esto último, fuerte congestión nasal acompañado de goteo de secreción mucosa a través de la garganta. No sólo es importante destacar las molestias ocasionadas por la sensación de un cuerpo extraño en la garganta o sabor desagradable, cabe señalar un impacto a nivel psicológico desencadenado por padecer halitosis.

Posibles efectos más repetidos en los pacientes son: preocupación, tensión, ansiedad, susceptibilidad, vergüenza y dificultad para ejercer el trabajo habitual.

Para su eliminación existe una técnica láser pionera conocida como criptolisis amigdalar, que permite la eliminación de todas las capas superficiales de las amígdalas, zona en la que muchas personas tienen ubicadas las criptas (pequeños orificios o agujeros) y el caseum (material blanquecino).

Lo que se consigue mediante este proceso es conservar la porción de amígdala sana, manteniendo así su función habitual. Esta intervención es muy ventajosa para el paciente, ya que habitualmnete es indolora, rápida (aprox 30 min) y no provoca sangrado.

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