Un hábito es cualquier acto que se realiza de forma regular y automática.
Entre los hábitos bucales parafuncionales están: la succión digital, respiración bucal, deglución atípica, onicofagia y bruxismo. Estos hábitos adquieren importancia debido a que modifican la posición de los dientes ya que interfieren en el crecimiento y la función normal de la musculatura orofacial.
Los hábitos son la causa primaria o secundaria de maloclusiones o deformaciones dentomaxilares. Suelen considerarse reacciones automáticas en momentos de estrés, fatiga, etc.
- Deglución atípica
Se caracteriza por la interposición de la lengua entre las arcadas dentarias a la hora de tragar algo.
Entre los factores que pueden propiciar la aparición de este hábito están:
- Amígdalas hipertróficas (demasiado grandes).
- Macroglosia (lengua más grande de lo normal).
- Alimentación prolongada con biberón.
- Pérdida prematura de los dientes temporales anteriores.
Las consecuencias a nivel de la boca de este hábito, son las siguientes:
- Mordida abierta anterior y posterior (los dientes no contactan habiendo un espacio entre los superiores y los inferiores).
- Protrusión de los incisivos superiores (están volcados hacia fuera).
- Diastemas (separación) en los dientes anterosuperiores.
- Labio superior hipotónico.
- Incompetencia labial.
- Hipertonicidad de la borla del mentón.
- Respiración oral.
El hecho de respirar por la boca en vez de hacerlo por la nariz modifica el crecimiento de los maxilares debido a que influye en el equilibrio de presiones que actúan sobre los maxilares y los dientes alterando el crecimiento y posición de unos y otros.
¿Por qué se produce?
Por obstrucción funcional o anatómica en las fosas nasales: amígdalas y/o adenoides hipertróficas (demasiado grandes), pólipos nasales, rinitis alérgicas, desviación del tabique nasal, asma y bronquitis…
Por hábito: una vez que estas obstrucciones se han eliminado, ya no hay nada que impida el flujo de aire, a veces ya se ha adquirido la costumbre de respirar por la boca.
Características faciales y dentarias de la respiración oral:
- Facies adenoide o síndrome de la cara larga: cara estrecha y larga, boca entreabierta, nariz pequeña y respingona con narinas pequeñas, labio superior corto, labio inferior grueso y evertido, mejillas flácidas y apariencia de ojeras.
- Mordida cruzada posterior unilateral o bilateral acompañada de una moderada mordida abierta anterior.
- Paladar alto u ojival.
- Retrognatismo del maxilar inferior.
- Incisivos superiores inclinados hacia fuera.
- Maxilar superior estrecho.
- Gingivitis crónica.
- Incompetencia labial.
Generalmente la perduración de este hábito en el tiempo, da lugar a alteraciones bucales tanto a nivel de los dientes como de las estructuras óseas, que harán necesario en la práctica totalidad de los casos, un tratamiento de ortodoncia para corregir las alteraciones y conseguir una correcta oclusión.