Las perforaciones en la lengua y regiones peribucales se han convertido en un modo de expresión cada día más frecuente, al igual que sus consecuencias.
Se denomina piercing a la perforación de la piel y capas adyacentes, con el propósito de insertar una joya o aditamento con cierto carácter distintivo, sin embargo se asocia con ciertas complicaciones en los tejidos blandos y duros de la boca. Por estar en continuo movimiento, la lengua y mejillas pueden originar la aparición de: hemorragias, inflamación, infección, interferencias con el lenguaje, etc.
Desde el punto de vista odontológico cabe destacar las siguientes:
- Recesión gingival: provocada por el contacto del piercing con el periodonto.
- Fracturas dentales.
- Abrasión dental.
- Dificultades en la masticación.
- Dificultades en la deglución.
- Sialorrea.
Recesión Gingival
Se trata de una de las complicaciones más importantes y frecuentes del piercing oral. Es el desplazamiento del margen gingival en sentido apical.
Los piercings colocados en la lengua, provocan recesión en la cara lingual de los incisivos anteroinferiores así como un aumento de las bolsas periodontales. Los colocados en el labio inferior, provocaran lesiones en la cara externa de los incisivos inferiores. Estas recesiones pueden aparecer a partir de los seis meses desde la colocación del piercing.
En algunas ocasiones el trauma provocado por el piercing es tan severo que puede originar un cuadro de periodontitis localizada.