¿SABÍAS QUE...?

La antigua Roma dedicaba cuidados especiales a la higiene bucal. Tras las comidas, era habitual usar mondadientes (dentiscalpia). Por lo general, consistían en un palillo de madera, una pluma o una astilla de algún material que se pudiera utilizar fácilmente para este propósito. También utilizaban palos deshilachados como cepillos de dientes y polvos abrasivos como pasta de dientes, algunos de los ingredientes utilizados en los polvos incluían cenizas, conchas marinas, cáscaras de huevo, piedra pómez y pezuñas.

A los romanos les gustaba mantener la dentadura blanca y ante la inexistencia de otras alternativas, se hizo común el enjuague con orina, tanto animal como humana. El motivo es que la orina contiene amoníaco, un compuesto de nitrógeno e hidrógeno, que es capaz de actuar como agente de limpieza.

 

Desde La Clínica Dental Couce os recordamos que para una higiene bucal completa, lo ideal es cepillarse los dientes con  una pasta dental fluorada, usar seda dental, cepillo interdental y enjuague bucal.

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