1. Cirugía para la colocación del implante 

Describiremos a “grosso modo” en qué consiste está parte: se hace una incisión en la encía para despegarla y poder acceder al hueso.  

Una vez que tenemos el hueso expuesto, con unas fresas (son como limas en forma de tornillo) se hace un hueco en el hueso de modo que nos permita insertar en él el implante. Una vez atornillado el implante al hueso, se procede a colocar una tapa, esta tapa quedará a la vista en la encía si la estabilidad del implante es buena, y se dejará enterrada debajo de la encía si el implante no queda muy fuerte. La diferencia entre una y otra es que, si dejamos la tapa de cicatrización cubierta de encía, será necesario, una vez que haya pasado el período de integración del implante, hacer una pequeña incisión en la encía para dejar a la vista esa tapa.

2.  Período de cicatrización

Una vez que se hace la cirugía para la colocación del implante, debemos dejar pasar un tiempo de osteointegración, durante el cual se creará hueso que alrededor del implante aumentando su estabilidad.

3. Toma de impresiones

Pasado el tiempo de integración del implante, el siguiente paso será la toma de medidas: consiste en hacer una impresión con un aditamento que encaja en la cabeza del implante, de modo que obtenemos una réplica del mismo sobre la cual se puede confeccionar la prótesis (corona). 

4. Confección de la prótesis en el laboratorio

Se harán varias pruebas dependiendo del tipo de prótesis que se vaya a realizar. Una primera prueba de la estructura interna de la corona en la que se buscará un ajuste perfecto al implante. Luego se procede a cargar la cerámica, la parte que representa la porción blanca del diente, la estética de la corona.

Una vez que todos los parámetros son los correctos se procede a colocar la corona, que generalmente irá atornillada al implante, aunque también se podría hacer cementada (pegada). Se pone un empaste provisional en la entrada del tornillo. Al paso de 15-20 días, período que se deja para adaptación y posibles cambios, se procede a colocar un empaste definitivo en la chimenea (entrada del tornillo), de modo que la estética de la corona no se vea afectada.

El resultado es una corona fija, lo más similar a los dientes naturales. El hecho de ir atornillada, le permite al dentista poder sacarla en el caso de que sea necesario.