No obstante, el Consejo General de Dentistas apunta a que NO existen evidencias científicas que prueben que las mascarillas provocan problemas de salud bucal.

La boca es como un ecosistema y, como tal, tiene una flora bacteriana muy diversa, necesaria para que todo funcione en equilibro. Entre estas bacterias están las que se aprovechan de determinadas circunstancias como, por ejemplo, que la persona tenga las defensas bajas, y otros tipos de bacterias se aprovechan de la falta de oxígeno dentro de la cavidad oral.

Por la noche, estas bacterias descomponen restos de comida o restos de sangre (si es que a la persona en cuestión le sangran las encías). Esto hace que la boca huela mal porque ha estado cerrada. Y si a eso se le suma poca secreción de saliva, es peor todavía.

Debemos tener en cuenta que esto que antes sólo sucedía durante las horas nocturnas, ahora ocurre con mayor frecuencia. Debido a que, al llevar la mascarilla, las personas beben menos agua (lo que hace que se seque la mucosa) y mantienen la boca cerrada, interrumpiendo la exposición al aire exterior y al oxígeno.

Y a todo ello, se suma, además, una peor higiene. Sobretodo en verano es habitual que se descuide más la boca. A muchas personas se les olvida cepillarse los dientes, lo que puede favorecer el desarrollo de caries, sensibilidad dental… Por otro lado, en la época estival, estamos acostumbrados a alternar comidas calientes con bebidas frías, y viceversa.

Las consecuencias para nuestra salud oral son variadas:

• Mal olor bucal.
• Caries.
• Tinción en los dientes. Las bacterias lo que hacen es precipitarse en la superficie del esmalte y oscurecerlo, provocando pequeñas manchas marrones en las zonas cercanas a las encías.
• Más sensibilidad dental.

Desde La Clínica Dental Couce te aconsejamos no descuidar tu higiene bucal, llevar contigo una pequeña botella de agua para dar pequeños tragos de manera continuada y así prevenir la sequedad de la mucosa y lo más importante de todo, ¡Ponte la mascarilla!